El día 31 tocaba visita
a Glasgow. Cogí un tren en la estación central de Edimburgo que me
costó unos 17 € ida y vuelta. Glasgow queda a unos 50 m. en tren,
y este te deja en el centro de la ciudad. El día fue frío pero
bueno.
Glasgow es la ciudad mas
poblada de Escocia y principalmente es conocida por su equipo de
fútbol y porque hasta hace unos años era una ciudad fuertemente
industrializada y el turismo no era precisamente su principal
vocación. Sobre todo había astilleros y toda la industria que hay
en torno a ellos.
Ahora la
industrialización ya ha bajado y la ciudad ha recuperado parte del
espacio.
Hay un río que la
atraviesa, aunque queda algo alejado del centro y no hace frontera
entre una zona y otra como en otras ciudades visitadas.
Lo primero que visité
fue la zona antigua, que está algo alejada del centro y hasta donde
hay un buen paseo desde la estación central. Antes me acerqué por
la oficina de turismo para coger algún folleto y plano. La zona
antigua no tiene grandes edificios monumentales. Lo que se visita es
la catedral, un gran cementerio al lado de la misma (con tumbas
viejísimas en el suelo como en otros sitios) que al estar situado en
una colina tiene unas vistas excelentes de la ciudad, y después ya
dispersos varios edificios, parques y museos. Todo esto es de entrada
gratuita.
También hay un
interesante rastro (The Barras) en el que me perdí un rato y en el
que como curiosidad había unos puestos de charcuteros haciendo una
especia de subastas de carne. Si, como lo digo, como una subasta de
un artículo pero en ves de eso de un trozo de carne.
A mediodía di por
finalizada la visita de esta zona de la ciudad y comí en un parque.
Menos mal que hacía sol que si no me hubiera quedado helado de frío.
Por la tarde visita a la
zona centro y comercial. Aquí mas plazas, monumentos, edificios y
calles comerciales abarrotadas de gente. Uno de los centros
comerciales era muy bonito, pues el interior tenia la cubierta de
cristal y todas las escaleras mecánicas estaban cubiertas de madera.
No es del todo llana, de
hecho algunas de las cosas que había que ver en la zona nueva
estaban en calles bastante empinadas y algo alejadas del núcleo
central.
Se ven algunos edificios
de un arquitecto bastante famoso local llamado Mackintos, que entre
otras cosas le daba por hacer salones de te ricamente decorados
cuando era la época de estos locales.
La ciudad cuenta con
metro, aunque yo no entré pues aunque algunas de las cosas que había
que ver estaban algo alejadas preferí andar.
A última hora de la
tarde regreso en el tren y para el albergue a cenar y a dormir, pues
al día siguiente tenía que levantarme pronto para coger el avión
que me llevaría a mi próximo destino que eran las Islas Shetland.
A estas alturas del viaje
ya me sentía cansado del trajín, aunque descansar estaba descansado
bien pues dormía de media unas 8 horas, algo menos estos días que
me tenía que levantar pronto. Como los trayectos de desplazamiento
de una ciudad a otra no llevaban mucho tiempo no daba para descansar
como me ha ocurrido en otros viajes que en cada cambia prácticamente
descansabas un día completo cuando cambiadas de destino.
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