El día siguiente comenzó
pronto. Primeramente cogí el bus Airlink que me llevaba al
aeropuerto y que era el mismo que había cogido a la llegada. Este
bus está específicamente dedicado al aeropuerto y yo cogí un
billete de ida /vuelta que me costó 6 libras.
Una vez en el aeropuerto
hacer la facturación, que para este trayecto podía sin coste llevar
en la bodega hasta 20 Kg., así que en aspecto de peso no tenía
problemas. Facturé la maleta llevando como equipaje de mano una
bolsa de colgar con bastantes cosas ya que no quería arriesgarme a
perderlo.
El coste del vuelo fue
solo de ida fue de unos 132 € con la compañía Flybe. El avión no
era muy grande, e iba mas o menos a mitad de pasaje.
El vuelo duró mas o
menos una hora y media.
El aeropuerto principal
de las Shetland está en el extremo sur de la isla principal. Las
Shetland es un archipiélago de muchas isla que administrativamente
pertenece a Escocia, aunque hace siglos perteneció a los
escandinavos. De hecho está mas cerca de allí que de otro sitio.
Tiene un dialecto local propio. La población está bastante dispersa
entre las islas y no es muy grande. La isla principal en la que se
encuentra la capital, Lerwick, en donde se concentran la mayoría de
los servicios. Hay otras 2 o 3 islas grandes a las que se accede
mediante servicios de ferry periódicos. La latitud en que se
encuentra la capital es mas o menos la de Helsinki, y tiene bastante
riqueza en cuanto a especies de aves.
El aeropuerto es bastante
pequeño y los servicios con los que cuenta no son muchos. La llegada
me recibió con frío, lluvia ligera y viento.
Para ir hasta la capital
que está mas o menos en el centro de la isla principal hay que coger
un bus, pero como era domingo hubo que esperar casi una hora y media
para el siguiente, Es el único transporte público que existe en la
isla, y los servicios con las restantes poblaciones no son muy
grandes, aunque yo me arreglé para moverme por allí aunque en
principio tenía intención de alquilar un coche, aunque luego lo
descarté.
El bus tarda casi una
hora en llegar dado que se va metiendo por poblaciones pequeñas de
pocos habitantes.
Una vez en la estación
de autobuses de Lerwick hubo que hacer frente al día ventoso y
lluvioso para poder consultar el mapa y poder llegar hasta el
albergue. En el aeropuerto había cogido bastante información
turística ya que tenían un puesto bastante completo en el
aeropuerto con muchos folletos disponibles.
Después de dar algunas
vueltas por fin lo localicé. Se trataba de un caserón bastante
grande y bonito. Por dentro era impresionante. Mas parece que
hubieran podido hacer mas un hotel de lujo que un albergue, pero no
fue así. El coste del mismo fue de unos 45 € por dos noches. No
había desayunos, pero si cocina e Internet gratis.
La habitación era una de
de 12 camas, y como hacía un día muy malo la mayoría de los que se
quedaban estaban allí metidos matando el tiempo como podían.
También había en el albergue un grupo de chavales que debían
pertenecer a algún club deportivo o algo así que estaban todo el
tiempo armando bulla, aunque estos se quedaban en habitaciones mas
pequeñas.
El salón comedor, la
sala de estar y la de la televisión eran también impresionantes,
como correspondían a una mansión de época.
Yo ya llegué tarde, por
lo que después de comer me puse a mirar el libro que tenía de guía
ya que aunque hiciera tan malo estaba dispuesto a comenzar la visita.
No comenté que en el aeropuerto de Edimburgo vi una guía de las
islas del norte de Escocia (aparte del archipiélago de las Shetland
hay mas, como el de las Orkney, mas al sur) y me la compré, ya que
la guía que llevaba para Escocia en general no era tan completa.
Estaba en inglés y era de Rough guides, la misma de la guía de
Gales que compré en Edimburgo.
Así que la visita se
desarrolló entre lluvia ligera y viento, que maltrató bastante al
paraguas y lo escacharró un poco. La verdad es que lo que es ver no
hay mucho y se ve rápido. Algunas callejuelas, un fuerte defensivo,
un museo de la historia local y finalmente algo alejado del núcleo
principal una casa rehabilitada de un comerciante de pescado que
luego fundará la compañía marítima P&O.
Y con esto ya estaba todo
visto en la capital. Me dí cuenta de que aquí cerraba todo muy
pronto, las tiendas normales sobre las 6 de la tarde. Los bares y
supermercados mas tarde. Encontré un supermercado bastante grande en
las afueras en el que hice compra. Es de la cadena Cooperative food,
que también está bastante extendida en las ciudades en las que he
estado, y tiene una división de banco según vi.
Con esto para el albergue
todo mojado los pantalones y las playeras, así que hubo que dejar la
ropa a secar por la noche. Lo que es frío no pase. Llevaba encima
una camiseta interior de manga larga, una camiseta de manga corta, la
cazadora y el impermeable de agua.
Después de cenar miré
un poco lo que iba ha hacer al día siguiente dado que allí ya no
había nada mas que ver, y programé dos visitas a dos localidades
cercanas y una isla. Todo cuadrando los horarios de los escasos
autobuses que había.
Y con esto a dormir. Esa
noche éramos en la habitación unos 8 o 9. Ninguno español, y
tampoco oí hablar a nadie español en toda mi visita a las islas. Ya
sabía que no era un destino muy turísticos, pero a mi me interesaba
para ver la forma de vida es este lugar algo inhóspito, sobre todo
en invierno con el frío y las pocas horas de luz. De hecho al estar
tan al norte en invierno no se llega ha hacer por completo la noche y
de cuando en cuando hay la suerte de ver auroras.
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