El día 28 comenzó pronto ya que me levanté sobre las 5:30 de la mañana ya que debía tomar pronto el vuelo que me iba a llevar a mi próximo destino, la isla de Man.
Dejé el albergue y me acerqué a la estación de autobuses Europa que me quedaba a 10 minutos. Aquí cogí el autobús 600 que en poco me acercó al aeropuerto. El aeropuerto en donde iba a coger este vuelo al ser local no era el internacional, sino uno mas pequeño mas cerca del centro de la ciudad.
Cuando tocó facturar primer contratiempo, pesaron la maleta y se pasaba bastante del peso, que yo ya sabía que estaba limitado a 10 Kg. Pero llevaba comida y folletos turísticos que había ido recopilando en los sitios que había estado visitando.
Dado que todo esto ya lo
tenía separado hubo que tirar todo y aún así la maleta daba un
peso de algo mas de 11 Kg., aunque me lo pasaron.
Me dio pena mas bien por
los folletos, pero bueno, ya sabía que tenía restricciones de
equipaje, pero en esta compañía no coló.
El vuelo hasta Man me
costó 91,00 € por la compañía Citywing. Se trataba de una
avioneta grande con una cabida para unos 20 pasajeros, 7 filas de 2
asientos juntos y uno separado por un pasillo. Íbamos unos 10. El
que iba de copiloto hacía las veces de acomodador. La parte de la
cabina del avión estaba a la vista y se podía ver a los pilotos
maniobrando. El avión era a hélices y armaba bastante ruido. Ponían
para entretener una peli pero por el ruido era muda del año de la
pera.
Se me olvidó apagar el móvil, pero no creo que hiciera falta ya que no parecía que hubiera ningún aparato complejo en el avión. El vuelo tardó unos 35 m. y aterrizó en el aeropuerto de Man que no está en la propia capital sino mas lejos. Una vez en el aeropuerto dejé la maleta en la consigna del mismo y cogí el bus que me llevaría a la capital que se llama Douglas. Desde el aire la isla se veía toda verde y con bastantes prados separados todos por tapias. La ciudad mas importante es la capital y aparte de esta hay dos o tres ciudades mas pequeñas.
La isla de Man se sitúa
entre las islas que forman Irlanda e Inglaterra y administrativamente
no forma parte de ninguna de las entidades de Reino Unido sino que
tienes una especie de estatus especial con bastante autonomía. Así
emite moneda y sellos propios. Principalmente es conocida por ser un
paraíso fiscal y por el circuito de motos.
Precisamente en estas fechas había algún acontecimiento motero ya que en la ciudad estaba llena de motoristas y se oía ruido de carreras a lo lejos.
La ciudad es costera y
hay una línea de playa llena de hoteles bastante caros, ya que yo
estuve mirando para alojarme y lo tuve que descartar por los
desorbitados precios que tenían. Tiene una especie de playa
pedregosa pero que no debe utilizarse mucho ya que muy buen aspecto
no tiene y yo al menos no vi a nadie bañándose ni tomando el sol.
La isla tiene algunas peculiaridades en cuanto a transportes de
época, ya que funcional algunos tranvías eléctricos con varios
trayectos, y también hay una cosa muy curiosa que es un tranvía
tirado por un caballo que recorre la linea de playa como atracción
turística. La visita de la ciudad en si no tiene mayor
significación, aparte de que los folletos turísticos tampoco
explican mucho lo que hay que ver. Se trata mas bien de un destino de
relax mas que de otra cosa. Si que vi una especie de itinerario con
los lugares mas significativos, pero no lo pude seguir ya que no
encontré mucha información del mismo.
Como anécdota decir que
había un mercadillo local en el que un valenciano preparaba raciones
de paellas para venderlas.
Para comer me acerqué a
un Tesco y compré alguna cosilla.
Dado que mi siguiente
vuelo salí a última hora de la tarde, di por concluida la vista y
cogí otra vez el bus para el aeropuerto.
El vuelo era esta vez Man-Manches ter y Manchester-Edimburgo. Esta vez no tuve problemas con la maleta aunque tampoco me la pesaron. El vuelo era con la compañía Flybe y me costó 102 €. Este ya era un vuelo en un avión normal.
En este vuelo se veía a
mucha gente de negocios que debía volver de trabajar o algún asunto
en la ciudad.
Después de la escala en
Manchester llegamos a Edimburgo sin problemas y allí un bus llamado
Airlink que en poco mas de media hora me dejaría en el centro de la
ciudad. Desde allí, hubo que tirar de plano y costó un poco
encontrar el albergue, aunque al final di con el, ya que estaba algo
alejado del centro. El albergue no resultó muy barato ya que me
costó unos 146 € para 4 noches, aunque estaba muy bien. La
habitación era de camas de cuatro en literas de a 2, y en la propia
habitación había ducha, lavabo e inodoro. No estaba incluido
desayuno y el Internet costaba una libra por hora.
Antes de ir a dormir busqué un supermercado para comprar algo y tuve suerte de encontrar un Tesco que en verano cerrada a la 1 de la mañana (normalmente lo hacen a las 11 de la noche y abren a las 6 de la mañana) y compré comida.
Cené y a dormir. Como compañero esta noche tenía a otro mas que no supe de donde era.
Al día siguiente ya comenzaba mi visita a la ciudad.