jueves, 13 de septiembre de 2012

Segundo día de visita a Benarés y viaje a Delhi

El día 1 de septiembre fue el segundo y último día de visita a Benarés y a última hora de la tarde cogería el tren que me llevaría de regreso a Delhi.

El día anterior mi compañero japonés y yo ya habíamos visitado la mayoría de las cosas de interés, pero aún nos quedaba alguna cosilla.

La mayoría de lo que estuvimos viendo quedaba cerca del hotel en donde nos quedábamos. Había algunos interesantes templos que no venían indicados en la guía del Lonely pero si en la que tenía Moto. En concreto vimos tres, en los cuales había que entrar descalzos y en uno de ellos no permitían la entrada a los no hindúes. Cuando te quitas los zapatos los dejas en un sitio cerca de la entrada del templo en los que te los guardan y después le dejas un donativo al guarda.

El día era bastante caluroso, pero estos días en Benarés estoy dejando la mochila de mano en el hotel y solamente llevo una de bandolera con lo esencial porque ya el cansancio se nota y el ir mas ligero es un alivio por el peso que te quitas de encima.

En uno de los templos hay una curiosa exposición de maquetas de escenas religiosas con figuras que se mueven como una especia de automatas. Los locales entenderían las escenas, pero a nosotros solamente nos llamaban la atención las figuras de dioses con máscaras bastante tenebrosas y los que tenían caras de elefante.

Después nos dirigimos hacia el campus de la universidad hinduista de Benarés, de gran fama en la región y situado en las afueras de la ciudad. Empezamos a andar para la zona pero estaba bastante lejos y tuvimos que coger un rickshaw que en esta ocasión fue de pedales . Se trata de un complejo enorme con varias facultades de distintos tipos. Estaba lleno de avenidas arboladas y la verdad es que era un lugar bastante agradable para pasear. En concreto a donde íbamos era a un templo llamado de Vishwanath, cuya construcción no es muy antigua y que es copia de uno que hay en la zona antigua de Benarés y que visitamos durante la tarde. El templo es bastante impresionante, cuando entramos había bastante gente haciendo ofrendas, aunque al ser bastante grande se podía pasear sin problemas al contrario que los que suelen estar en los centros históricos.

Dado que por la zona había algunas tiendas que vendían recuerdos compré alguna cosa.

En el interior del recinto del templo había alguna gente cantando y tocando una especia de guitarra.

Después comimos algo en un restaurante cercano que servía comida local. Lo de comer mas bien que fue un intento porque Moto no comió apenas nada, al parecer lo que había pedido no le gustaba mucho. Por mi parte lo que pedía por una parte no me gustaba mucho y por otra parte estaba demasiado picante. Era una especie de espaguetis en un caldo aderezado con alguna otra cosa que no supe determinar.

Con esta medio comida salimos hasta la siguiente parada que era el fuerte de Ramnagar, situado en la ribera opuesta del Ganges y al que había que ir por un puente que estaba algo lejos de allí. Por suerte no había mucho tráfico y en un rato estábamos allí. Se trata de un fuerte y palacio bastante deteriorado en el que hay que pagar para la visita. Tiene una curiosa exposición con automóviles antiguos americanos bastante cochambososos y algunas armas antiguas.

En el fuerte se pasan por unos pasadizos algo lóbregos en cuyos techos están colgados infinidad de murciélagos durmiendo. La verdad es que daba un poco de miedo pero no se movieron.

Hay otra zona del fuerte que da al Ganges en el que es posible ir en barca hasta al otro lado del río y cuando el Ganges baja mas seco hay una especie de pontón por el que se puede ir andando de una orilla a otra pero que ahora estaba sumergido bajo las aguas.

Quedamos con el conductor que nos llevó hasta allí para que nos esperara y volver de nuevo a la zona vieja, en concreto al templo viejo de Vishwanath. Debido a las tensiones entre comunidades, la zona está llena de soldados armados. De hecho es uno de los monumentos con mas protección que he conocido en mis viajes.

Nos encontramos con un guia que nos llevó hasta la entrada en la que compramos una cesta con ofrendas para el templo. Antes de entrar hay que depositar todos los dispositivos electrónicos que se lleven en un locker. A la entrada te cachean y además todos los extranjeros tienen que registrar los datos de su pasaporte. La entrada que utilizan los nacionales es diferente de la de los extranjeros.

Una vez dentro del templo hay gran fervor con toda la gente haciendo ofrendas en varios pequeños templos que rodean a uno principal mas grande.

En el recinto hay bastantes monos que suelen robar las ofrendas de comida a la gente. De hecho a mi me robaron una y alguno mas intentó echar mano de otra cosa. Las ofrendas consistían en algunas cosas de comer y otras que solamente eran para ofrecer. La verdad es que los guardias armados en las puertas intimidaba un poco.

Después de salir del templo, el guía, que además tenía una tienda en la zona del bazar, nos condujo hasta su comercio para tratar de vendernos alguna cosilla.

Tanto Moto como yo compramos alguna cosilla, aunque Moto no se gastó tanto como yo. Parece ser que no era mucho de gastar porque en el tiempo que estuvo conmigo en lo que mas se gastó fue en la cena del día anterior.

Todavía querían vendernos mas pero ya les dijimos que teníamos que irnos a coger el tren.

Paramos a un conductor y nos llevó hasta el hotel para recoger las mochilas que nos habían guardado después del checkout por la mañana.

Después de salir al parecer el conductor no le parecía muy bien la cantidad que habíamos acordado. Además a Moto a medio camino a la estación recordó que se le había olvidado un libro en el hotel y necesitaba ir a cogerlo. Bueno, pues el chico paraba cada poco como no sabiendo hacia donde ir y me daba que estaba tratando de hacernos perder tiempo a posta así que le pagamos y le dejamos plantado para ir a buscar a otro conductor. Dado que el tiempo se echaba encima nos corría prisa y localizamos a un viejo que debía estar algo zumbado ya que hablaba y cantaba solo y en el trayecto iba hablando con otros conductores o gente de la calle. Además tuvo que echar dos veces gasolina de una botella que tenía porque al parecer estaba bajo y cerca de la estación tuvo que parar en una gasolinera. El tráfico estaba bastante espeso y tardamos bastante en llegar a la estación finalmente sanos y salvos aunque con 10 minutos antes de que saliera nuestro tren.

Corriendo localizamos el andén y sin poder despedirnos subimos cada uno a nuestro vagón.

El tren era uno de estos nocturnos, en concreto era el Shiv Ganga Exp, número 12559. El horario era entre 19:15 y 07:40 y la distancia a recorrer 758 Km. hasta Delhi. El costo fue de 32 €.

En la cabina fui con tres señoras. A mi me tocó litera superior. Una era hindú y las otras dos eran españoles de Vizcaya, así que pudimos charlar algo. Es la primera vez que me encuentro unas españolas en el tren. Estaban por India desde primeros de agosto y ya volvían a casa. Me comentaban que habían cogido solamente otro tren nocturno y que habían estado solamente por la zona del Rajastan.

No me había dado tiempo de comprar nada para cenar, pero aún me quedaba alguna cosilla en la mochila así que tiré de ella.

Después sobre las 10 a dormir. Mas o menos esta es la hora a la que suelo irme a dormir cuando voy en tren ya que normalmente toda la gente está ya echada a esta hora.

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